El viento arrastra una mano que surca los cielos
y abraza el sol resplandeciente con una incertidumbre que a veces da miedo, el
aire no es nada vital, cruza mi cielo y desea mis pensamientos, no alzamos
el rostro tal vez por miedo a no
encontrarnos, no sé, el resto de mi vida solo es fugaz...
Si lo sé, el brillo al final del horizonte me
incita a buscarte, pero no lo hago porque no sé cómo eres, pero yo te llamo mi
amor, una hoja que cae por la playa de mis sentimientos y abraza mis más locos
instintos, nuestra vida es un riesgo, tenemos que enfréntarlos, no buscamos
nada, solo miramos nuestras manos...
Caminando a través de la calle, cruzando la
avenida, el sol arde como un brillante cohete, alrededor, juegan las
faldas de mis emociones y laten en lo más profundo de nuestras miradas, no
temas cariño, pronto estaremos juntos...
Y la elegancia de tu mirada me llamara la
atención porque veré en ellos el claro de un día soleado de brillantez
veraniega, y sé que sonreirás, sabrás que las ígneas almas de nuestras vidas
pasadas se volverán a unir regresando del paraíso, al de un suave suspiro...
Amor, sabes, cuando el destino nos junte y el
tiempo se detenga entre tu mirada y la mía, no estés nerviosa vayamos a un
sitio, donde nadie hable de cosas comunes, y olvidemos que hora es, no
recordaremos el día en que vivimos, y vivamos, porque los números y las fechas
no nos interesaran…
Y aunque no tenga la dicha de conocerte aun, te amo en mis más locos y
fugaces desvaríos, en mis más aventurados sueños, porque se que no serás
perfecta, serás real, y sabes, desde ahora amo todo de ti.....
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