jueves, 26 de octubre de 2017

Eterno. El Romance en las Sombras

¡Esperadme allá! ¡Yo iré a encontrarte en la profundidad de los cielos!

Ella permanecía dormida, era un ángel para el mundo, para el cielo y la esperanza.
Fue un acontecimiento terrible. Una doncella hermosa, bella y de carisma insuperable. Y él un apasionado humilde y entregado a su sueño, la música.

Tocaba el piano con gran entusiasmo y dedicación y en sus dedos se resbalaba la sabiduría de las notas más armoniosas. Ella lo escuchaba, y en sus oídos el arte permanecía como un rayo esperanzador. Como un feroz tigre a cada resonar de aquel piano decorado con piedras egipcias, producía una exquisita música, una amada y salvaje música, a la cual la joven doncella de belleza lunar escuchaba todas las noches a la misma hora, en su cama, recostada, con el pecho mirando al cielo y sus piernas, sedosas como las telas babilónicas, ¡Vaya! El adoraba como sus piernas largas jugaban en el aire como joyas en nuevas tierras.

Fue una tormenta cuando la música se apagó y en lugar de ella fue cambiando de forma. Sonidos de ángeles caídos comenzaron a emanar de los dedos de aquel enamorado natural, tocar, tocar, tocar, era la alegría de muchos. Pero era el destino maldito de este músico abandonado el que la música no llegara a su corazón como eran en los días más brillantes. El corazón se encontraba ya en las manos de su amada, en sus paredes de madera, latiendo con la agilidad de los pies de una bailarina.

Pero él era humilde y no podía hacer nada. Lloraba en su soledad mientras recordaba los ayeres y las tardes fantasmagóricas en los que las luces de su bien y poca adornada casa, les regalaban a sus sentidos. Lo tenía todo en mente y era maravilloso. Esperaban ansiosamente a que llegara la noche para bailar con las estrellas.  Y el sin fin de notas comenzaba su andar como una locomotora que no paraba hasta las altas horas de la madrugada. Con un Tic  cerraba el hermoso concierto con su único público, el corazón y los sentidos de su amada, ellos sonreían, hacían el amor cada noche. ¡Enteramente maravilloso!

Y era este un hombre entregado, y era ella una doncella extraordinaria. ¿Cómo puede ser que la vida les haya pagado con ese destino? Aislado de la gente y de la vida. Sentado en un rincón, mirando sus manos por horas, misma víctima de su pasión. ¡Oh! Dios, no sabes lo que me has hecho ¿Por qué? ¿Porque me la has arrebatado cuando más felices éramos? Eres un atentado contra estos sentimientos. Yo tan devoto y fiel que fui para ti, vengo a sentir en mis ojos la lejanía de los paso de mi amada, de el único amor que en mi vida comprendió el significado de mis sueños.

Pero no hubo respuesta. Y es que en verdad se amaban, todos lo veían y eran la perfección. Un poeta muere cuando su musa desaparece, un músico pierde el deseo de producir vida cuando la inspiración abandona su corazón.

Ya habían pasado los meses y al corazón de este hombre, se habían alejado ya los sensatos suspiros y como las hojas de los árboles en otoño sus lágrimas caían de su rostro. Decidido a buscar a su amor hasta la eternidad. Fue en busca de su gemela, hasta la misma muerte retaría con tal de volverla a ver por un solo segundo.

Y así, emprendió su búsqueda. Llego a su lado, en donde se encontraba, aquel lugar solitario, lo logro, arrastro su música hacia ella y en la oscuridad de la noche grito:

-Mi amor, mi hermosa, doncella, tu perfume de flores fragantes llega a mi como las olas en la tormenta. Eh venido a buscarte, no me iré jamás de tu lado. Si eh de morir ahora y el misericordioso cielo, reclama mi vida, yo se la entrego. Si la locura me ha de dominar, que lo haga, es la forma más elevada que podre tener desde tu partida. Mírame, aquí estoy. Por siempre para ti. Por siempre en la eternidad. Por siempre tuyo.

Y cuando hubieron pasado muchos minutos de silencio, el viento se levantó con toda audacia y rodeo el cuerpo de este miserable enamorado ahogado por la pena. Lo rodeo y en él, la frescura de los besos de su amada penetraron hasta lo más profundo de su corazón. Y el lloro, lloro como un niño, bendecido por la dicha de sentir a su doncella, la más bella. Soñaba despierto y visualizo los  pies de ella tan claros como el claro de la laguna del “Edios”, jugando en el aire como solía hacerlo cuando el, la deleitaba y la excitaba con sus armonías.

Entretanto él sonreía y miraba al cielo, perdido en la magia del viento. Era de excesiva belleza. Y su vida cambio, visualizo a su amada, era hermosa, llevaba el mismo vestido de aquel día que partió, el color más llamativo a sus pupilas, rojo rubí era la luz. Ella le toco la mejilla y la vigila nocturna fue testigo del beso entre dos eternos enamorados. Las almas en el paraíso, por siempre, en la eternidad.
Y este era el hombre apasionado, y ella la doncella enamorada. Eran la vida misma.


Fue al amanecer que el cuerpo del pianista fue encontrado, sentado muerto en la lápida de su amada. Permanecía sentado, con su traje de gala, con guantes blancos y lo más extraño ante los presentes, con una sonrisa en su rostro y los ojos cerrados… 


lunes, 23 de octubre de 2017

Tu Mayor Defecto

Sin saberlo y sin entenderlo, era muy extraño su grande defecto, me di cuenta que no era perfecta lo sabía desde que la conocí, tenía muchos, muchos defectos, y no los note todos aquel primer día que la vi a los ojos. Tal vez fue aquella sonrisa que me dio escalofríos, no, no, posiblemente debieron ser sus palabras, que con timidez las uso para saludarme, tal vez fue una fuerza extraña, su dulzura que me envolvió y obligo a no dejar de mirarla y adorarla….

Ya se, ¡oh! Si, tu peor defecto puede ser que cuando tomas mi mano, me llevas a un mundo diferente del cual es difícil escapar. Puede ser, ¿Porque no?, tu mayor defecto es cuando vas enojándote poco a poco, la forma en que vas mirándome para que no continúe hablando, es enloquecedor  y aunque diga q te vez preciosa enojada, te frustras mas y terminas sonriendo, y eso me vuelve loco.

Tu defecto, la terquedad, oh niña eres tan terca cuando platicamos, cuando me dices que no y yo digo que sí, cuando dices que sí y yo digo que no, es algo delirante, no podemos estar de acuerdo a todo y eso me divierte.

¡No!, espera tu mayor defecto es la manipulación, si eso debe de ser, la manipulación, eh visto este tipo de escenas en la televisión. !Yo no caeré, jamás!, ¡nunca! Nunca..., al menos eso pensaba, solo hasta que me miras y sonríes, hasta que me acaricias y me abrazas, y así logras que diga las cosas que siento, las cuales en muchas difíciles ocasiones no tengo el valor de decirlas. Para que te de tus cosas, cuando no quiero dártelas, ese es tu defecto la manipulación, y sabes eso me ruboriza.

¡Ya!, tus historias. Sí, tus historias, tu defecto, aquellas historias que te inventas cuando yo con una palabra quise describir algo que había visto, misma palabra que le das forma y la haces tuya, poniéndote tantos calificativos y que al final yo no sé qué decir o hacer, porque esa no era la idea principal de mi palabra, y al final con una carcajada terminamos riéndonos de nuestras tonterías y sabes eso me agrada.

Sabes, debo de confesarte algo, eh encontrado un defecto que tienes, uno enorme, un defecto al que logras ver solo una vez a la semana. Con todas esas cosas que me fascinan de ti, con todas aquellas veces que me has dejado sin palabras y que solo con miradas te digo lo que siento por ti, por aquellos momentos que me has hecho adicto a tus abrazos a tus sonrisas a tus besos. Debo decirte que tu mayor defecto soy yo....

Debes de preguntarte ¿porque?...Te lo diré. Porque se que muchas veces has roto aquellas reglas de tu vida que no acostumbrabas a hacer, que sabes que están mal y que yo soy aquella voz que te dice que todo estará bien, que te toma de la mano y logra que las hagamos. Por aquellos dulces bailes y esos abrazos transcendentes, en el que el mundo se queda en silencio y solo quedamos nosotros dos. Por aquellas veces que te abrazo y te digo que no quiero dejarte ir porque eres de lo más maravilloso que existe en este mundo. El peor de tus defectos, yo, porque soy tan necio, el mismo que aun te escribe versos y palabras a  corazón abierto y al que hace que tú seas siempre la protagonista principal de mis melodías. Tu mi Angel de  madrugada, con la que quiero platicar y reír a toda hora, soy el que hace que las cosas malas parezcan buenas y que a escondidas ve en tu corazón la bella mujer que se esconde tras la silueta de esa niña inquieta que corre de un lado a otro, tan emocionada, tan llena de vitalidad y de amor.

Se que soy el peor de tus defectos, porque bailas y platicas a mi ritmo, porque reímos de cosas sin sentido, y me siento seguro  a tu lado. Tu mayor defecto, porque aunque sé que te molestan ciertas cosas, las hago y te sonrió diciéndote !Que harás!, ¿lloraras? y tu terminas haciendo lo mismo que yo, pero con las cosas que me molestan a mí. Aquellas palabras, aquellas acciones, que tanto me fascinan de ti, son palabras y acciones que tal vez no harías a menudo con otras personas.

Se que soy uno de tus defectos, porque sientes como te adoro y como estoy enamorado de ti en silencio, soy el que siente  la pena de no tenerte a mi lado y a veces no tengo el valor de mirarte y decirte lo que siente,  lo tienes que saber, mientras hablas, mientras miras para otro lado, mientras sonríes, te adoro en secreto, escribo tu nombre en mi corazón y lo llevo todos los días.
Si te das cuenta de que soy tu peor defecto y quisieras hacerlo de lado para ser perfecta, lo entenderé, pero sabes aunque sea el mayor de tus defectos quiero que sepas que aquí estaré, no me iré. Serás el recuerdo aquel que cada noche me dejaba un beso  imaginario en la esquina de mis labios, la que me abrazaba con ternura y me atrapaba en las estrellas de tu cuerpo, serás un recuerdo…

...Que tantas veces..... Que tantas veces me hizo feliz...


sábado, 21 de octubre de 2017

La Caída de los Sueños Malditos

No pienso reparar sobre los detalles, ni ser simple a la tan terrible sensación, que esta noche me ha dejado, no solo está vacía línea de luz alta y esbelta ha abandonado mi cordura, alzándose con tan febriles alucinaciones, no solo este delirio caótico se ha alejado de mi dominios, no solo estas manos nerviosas que ahora yacen vacías en medio de la noche, tambaleante, rígidas y sudorosas. Esta, como otras noches, la soledad pasa por las rendijas más discretas del agrietado mármol de mi aposento, no sé cómo lograban resbalar y profanar mi tan ya corrompida paz. No sé cómo. ¡No puedo explicarlo! Como, ¿Por qué a mí? ¿No eh sido ya lo suficiente castigado para que a mi lejana tranquilidad aquellos sonidos perturben mi estado mental? ¿Acaso la noche no se hizo para soñar y ser feliz? Que eh hecho yo para que  este horror se apodere de mí.

Eh de confesar, si, una confesión, el por qué mis ojos se encuentran tan demacrados con rasgos cadavéricos, oscuros como el abismo de las tinieblas y tan profundos como mil acantilados. Me lo han preguntado, eh sido un cobarde, evado siempre las respuestas y mi vista se desvía hacia el sendero de lo siniestro y de lo incauto. Permanezco en las sombras, tratando de recobrar un poco mi cordura, de mi ligera zona de tranquilidad. Alejado de todos, mis ojos se han vuelto algo más que rojos, son platos redondos, y en momentos divergentes, se quiebran ante la mirada atónita de los presentes. Los presentes que solo me observan y tratan de enfocar su atención en mis ojos, los logro escuchar, me critican en sus adentros. ¡Pues si es una melancolía la que sienten por mí, déjenme deciros que los fuegos violeta que recubren mi conciencia, profieren algo de esperanza y entusiasmo! Me importa poco lo que lleguen a creer. ¿Qué eh sido un loco toda mi vida? ¿Qué mis andares advierten indiferencia? Si, lo son, me importa poco que me miren, que allanen mi mirada y que en ella vean poco más que delirios y cosas siniestras.

Entre un modo impertérrito y con el corazón preocupado, tengo miedo a dormir, si, así como lo escuchan, siento vergüenza confesarlo, pero no puedo aguantar más. Esos ruidos que por las noches escucho, esos ruidos me han atormentado casi desde siempre. Aquellos ruidos que han alejado mis sueños más fervientes y deseosos. Por las noches…, con un silencio intimidante, escucho pasos…, si, así como lo digo, pasos…, pisadas lentas, pisadas cargadas de lúgubres e insondables miedos. Si eso fuera poco, las voces que llegan después, hacen que mi piel se erice a tal punto de sentir que la medula se vuelve polvo. ¡Dios! A veces quisiera que me alejaras de esas voces, de esos pasos. Escucho ruidos en la noche. Sé que lo han sentido. Aquella sensación horrorosa de sentirse vigilado, de sentir que alguien está de pie junto suyo. 

Eh mencionado que soy un cobarde. Si, lo soy, pues al escuchar estos murmullos arrastrados por el viento tras mi espalda, al sentir y escuchar que los pasos se han detenido a unos pocos centímetros de mi espalda, mi corazón late con la intensidad de mil truenos. Mis piernas se contraen y un extraño estupor corre por mi estómago. Tengo la extraña sensación de voltear, pero no me atrevo. ¡No me atrevo! ¿Qué clase de seres o de demonios son los que provocan que mi alma no encuentre el paraíso?, que mis ojos dejen la realidad y despeguen a un mundo diferente que tenga sueños…

…Sueños…, aquellos sueños, el más grande soñador, el hombre de los sueños y las pesadillas eternas. Ahora lo eh comprendido todo.

¡Claro!, como no lo eh vislumbrado antes. Aquel viento helado, aquella luz pesada, aquellos pasos sombríos y esas voces fúnebres. En una noche, en la que parecía que mi alma hubiera vivido cien años. Me sentía cansado y mareado, pesado y tímido.

¡Lo eh entendido todo! Esos ruidos son una clase de salvación de mi alma, la salvan de car en un oscuro valle, en donde existen mares fantasmales y espíritus que emprenden el vuelo de las brumas, cabañas al puro estilo siniestro, seres que no puedo mencionar aquí pues, mis manos tiemblan de tan solo recordarlas. ¡Ahora lo tengo claro! Todo se ha vuelto más lúcido para mí. Esos bosques extraños y esos pasajes en los que noche a noche voy no son más que la elevación de mi alma y conciencia a un plano espiritual, del cual m es imposible escapar. Entonces ¿qué tan profunda es mi mente?

Lo suficiente como para tener miedo en mis propios sueños. Aquellos ruidos me hacen despertar de tan terrible destino que tendría en mis sueños, moriría si no fueran por ellos. Una sagrada salvación aunque aterrador antídoto. Aquellos sueños que me persiguen y acorralan, jamás encontrarían la paz alimentada por la infinita salvación de mi alma. Son ruidos que me envuelven y que noche a noche liberan la tormenta que azotan las visiones de una sombría noche.

Aquellos sueños que devoran las capas superiores de mi razón. Aquellos sueños que nublan las cárdenas estrellas en mi alma. ¡Dios! En qué clase de sitio me ha llevado el supuesto descanso. ¿Quieren mirar?, bien ¡Mírenme! Miren mis ojos. ¡Miren mis pupilas!, ¡Denme la respuesta! Si eh pasado a su lado con la cabeza gacha, ignórenme entonces, sigo peleando con mi caótico espíritu indómito. Buscando las respuestas y las palabras correctas para salvarme de esta ansia salvaje que me persigue por las noches. Sueños siniestros y ruidos horrorosos. Liberándome de caer en el abismo del negro abismal y de los fantasmagóricos ruidos de la noche.


No persigan mi andar, pues no quiero contagiarlos de mis visiones engendradas en las noches eternas por el soñador, presa indefensa de un torbellino de violentos pensamientos, en el tumulto incontenible de las cadenas de estos sueños malditos…




lunes, 16 de octubre de 2017

La Danza del Silencio

Me tumbaste con una delicada sonrisa,
y derrumbaste mis vallas de silencio,
profundizaste en mis libros,
y leíste el capítulo,
eterno juramento...

Mas allá de los cielos,
jamás escuche un lamento,
y cuando tapaste mis ojos,
bese mas allá de tus pensamientos...

Si hubiese notado,
que mis horas fueron sustraídas,
te hubiese mencionado,
lo tímido que soy ante la vida,
pues en un latido pudiste detener,
algo mas que mis ideas corrompidas...

Acostado en  mi nube,
supiste acompañar mi soledad,
¿como pudo ser?
mi mano pendía de la tuya,
y la línea de la cordura y la estabilidad,
se vieron forzadas a unirse mas,
¿como podía vivir
sin aquellos ojos?
¿como pude vivir
sin aquellos labios?...

Aquellas extrañas y viejas sensaciones,
tuvieron que tomar sus cosas,
salieron lentamente sin que me diera cuenta,
huyeron y me olvide de ellos,
jamás lo extrañe,
jamás lo pensé,
se fueron y se llevaron algo mas que mi tristeza,
huyeron con el miedo,
huyeron con la inseguridad
que resguardaba con fervor,
a la entrada de mi corazón...




martes, 10 de octubre de 2017

El Placer de su mirada


P: G con Gaaa...

Me desperté y la vi a ella arreglándose para ir a desayunar, pensé en decirle algo pero cuando me di cuenta de que ella no me veía despierto decidí permanecer en silencio observando.

Concentrada ella miraba al espejo y concienzudamente cuidaba cada detalle, el cabello, sus ojos, el tono de piel, sus contornos, su cabello, a veces ella se alejaba de su reflejo y como quien tanto ya hizo eso, entendía detalles que solo una mujer puede entender.

Ella era hermosa como de costumbre, pero no tan increíble como cuando nos conocimos o incluso cuando ella se vestía para salir juntos. Me quedé allí, pensando en todo el tiempo que ella toma para permanecer irresistible y cuánto tiempo le tomo para hermosear cada vez que nos íbamos a encontrar.
Me quede pensando también en cuantas veces le dije que se veía hermosa, pero también en las veces que me olvide de decirle lo mucho que ella estaba de maravillosa. Esa mañana fingí estar dormido recordando todo lo que pasamos para estar juntos. Pensé en cuantas veces me olvide de decirle: Lo siento. Discúlpame. Perdón...

Muchas veces me olvidaba de decirle que era la mujer más hermosa del mundo y de la suerte que tuve de que ella me escogiera.

Ella sonreía al ver su reflejo, moviendo sus labios tan lentamente y mando un suave beso hacia su reflejo, sonrió con la misma sonrisa increíble de siempre. Caray, esta linda, linda, que sonrisa tan curiosa y yo por la maldita costumbre olvidaba admirar varias veces.

Esa mañana ella salió por la puerta para ir a desayunar y yo sentí una gran nostalgia, una nostalgia que hace mucho no sentía. Realmente me di cuenta de muchas cosas, entre ellas la suerte de que existiera una mujer como ella. Entre ellas, la alegría de que ella estaba caminando por la calle con su singular mirada cautelosa y brillante. Mi corazón latía por ella, latía porque en alguna parte ella irradiaría con su aroma a mil jardines frescos.

Esa mañana al salir, la extrañe más de costumbre. Más, mucho más.

La extraño…



Pensamientos Amargos


La mano que guiaba tranquilamente el deseo, desapareció entre los rayos de la tormenta, y el gran señor se levantó de su ostentoso trono de brillantes soles que aprisiona el poder de su reino al aire libre, hace creer que el dragón surca el cielo para llegar a un mundo apacible, sus brazos se alzan, los cristales se rompen, cristales que caen hacia sus ojos.

La señora ha perdido la postura y rompe en llanto, pelea por seguir en el camino mientras su hijo desenvaina la espada y maldice a su sol, todos se levantan ante el asombro del valiente diamante soñador que respira la gloria en su lecho y viaja hacia allá, donde no existen los jardines y la belleza desaparece, donde todo puede ser negro y rojo.


Es algo hipnotizante, dice el vagabundo que avanza y se alinea ante la caída de las luces, está llorando porque ahora los demás lo ven, los tiempos cambian y el poder mas fuerte esta en el corazón de nuestro universo infinito, en el universo de aquellas voces que gritan “Mírame vivir”.


domingo, 8 de octubre de 2017

La leyenda de Sheolojaly y Deneb (1/3)



Sheolojaly, era conocido en todos los rincones de la séptima galaxia como el poderoso mago de las estrellas. Su poder era tan inmenso que el rey Alwaid del Dragón, dueño de las más grandes constelaciones, escucho de los poderes de este mago enigmático, así que deseo tener los servicios de este ser galáctico para sí, y usarlos contra enemigos, a su vez esto serviría para dejar en claro que el era el todo poderoso Rey Dragón. ¡Vaya! le encantaba intimidar a sus enemigos, influir miedo y temor entre ellos.

Sheolojaly era conocido por su don mágico para desaparecer enemigos y ejércitos completos con su habilidad de absorber cuerpos y adherirlos como una clase de fusión, esto lo hacía demasiado poderoso, una técnica que había aprendido de una forma extraña por un mago enigmático del cual nunca supo más que en sus sueños. Sheolojaly, con el paso de los años se convirtió en el súbdito más servicial de todos, fue por ello que se ganó el respeto y la confianza del Rey..

Bondadoso, leal, valiente, servicial y de buen corazón, eran las cualidades que Alwaid, había visto en él y las cuales eran imposibles de encontrar en alguien más, no había nadie mejor a quien se le pudiera encomendar la misión que el rey estaba tenía en mente.

-Poderoso Sheolojaly, has sido mi mano derecha por tantos años, pero la duda me aqueja –el Rey se incorporó de su trono, se levantó y camino dando grandes zancadas por toda la sala-. Veras, tu siempre me has apoyado en cada decisión, me has acompañado a cada momento, pero eh de confesar algo que nadie ha sabido, hasta ahora. Yo guardo un gran secreto, hace ya muchos años atras, mientras rodeaba el palacio, encontré en mi camino un canasto como el que se usa para guardan los alimentos, me acerque hacia él,  pero lo que había dentro de esa canasta, me sorprendió, -el rey se detuvo un momento y observo fijamente a Sheolojaly, después siguió andando como si solo hubiera confirmado que se le estuvieran poniendo atención-, dentro del canasto había, una, bebe, la verdad no supe que hacer, así que adopte a ese bebe como si fuera una hija mía.

Sheolojaly se sorprendió por ser tan despistado y no haberse dado cuenta jamás de un secreto tan grande, ¡vaya! Ni si quiera lo imagino. -Mi hija –continuo el rey-, se llama Deneb, la eh mantenido en secreto durante demasiados años, aún es muy joven para conocer del peligro y jamás alguien la ha visto en el reino, creo que es hora de que ella salga a conocer el mundo real, y para esto quiero que me des tu punto de vista ¿Podrás tu cuidar de ella, ser su guía y su protector mientras ella admira lo que por tanto tiempo se ha privado? Quiero que admire la inmensidad de mis dominios, las constelaciones, las galaxias.

-Señor, -Sheolojaly se sentía impresionado ante semejante petición y tan descabellada confesión, no sabía que el rey tuviera una hija, una estrella llamada Deneb- para mí sería un gran honor. Cuidar alguien tan preciada para usted, pero –la pregunta se le ahogo en la garganta y prefirió omitir toda pregunta hasta que estuviera seguro de saber lo que hacía-. Cuente conmigo para ello, con mi vida lo haré, la cuidare como usted lo ha hecho conmigo.


-Gracias Sheolojaly –Comento el Rey y este se alejó con una expresión de profundo alivio...


La leyenda de Sheolojaly y Deneb (2/3)

Cuando Deneb apareció en la sala principal, Sheolojaly quedo inmovilizado, ante la majestuosa belleza de la hija del rey Dragón, el habla era solo un recuerdo, el balbuceo parecía ser su única forma de comunicación, la admiraba, la admiraba de verdad, jamás recordó ver algo tan bello y tan hermoso como aquella imagen tan sofisticada y pura que aparecía ante el. Ella era tan delicada cual sonrisa sincera con un piel tan clara como la de leche. Deneb Sonrió, y en ese momento Sheolojaly quedo petrificado.

Una vez iniciada la petición del rey, Ambos se adentraron a las profundidades de la galaxia, iban de planeta en planeta conociendo los lugares místicos y los lugares más hermosos que jamás alguien haya visto jamás. Durante días Sheolojaly esperaba ansiosamente volver a ver a Deneb, nadie lo notaba ni si quiera el mismo Sheolojaly, pero él se iba enamorando de ella. Cuando la miraba, cuando sonreía, una parte de su cuerpo se estremecía, y sentía  que su corazón le latía, el corazón le iba a brotar sentía que moría por ella.

Del otro lado de la constelación 3:5. Vivía un ser oscuro y maligno llamado Toll Dubh, que vigilaba constantemente el reino en espera del menor descuido para reclamar justicia con el rey, durante sus constantes acosos al reino, logró visualizar como cada día una joven hermosa y Sheolojaly abandonaban el reino para conocer nuevos lugares, así pues un día decidido, animado por su propia curiosidad Toll decidió seguirlos, una sospecha muy constante le decía que aquella hermosa mujer era algo cercano al rey ya que ella estaba bajo la protección del mago más poderoso conocido hasta ahora. Eso lo hizo sonreír pues al fin sabía que hacer, lo sabía si, tenía algo preparado para ellos.

-Sabrás lo que es el dolor Alwaid, lo sabrás, no puedo vencerte dentro de tus dominios, pero puedo vencerte en lo que más te pueda doler, solo es cuestión de esperar.

Pasaron los años, las visitas eran más constantes al igual que las risas, las pláticas, su amor. Sheolojaly no pudo soportar la opresión del sentimiento en su pecho y decidió expresar todos sus sentimientos a Deneb.

-Princesa, se que usted no está acostumbrada a este tipo de cosas, sé que yo solo soy un…, no soy nadie en esta vida, pero, no, puedo dejar de admirarla, no... -se detenía con nerviosismo, con palabras entrecortadas y torpes pausas con decidía.

-No tienes que decirlo, creo que sé que es lo que piensas y quiero decirte antes que todo. Yo me eh enamorado de ti, es difícil explicarlo, ya que no soy buena con las palabras..., pero tengo este sentimiento atrapado en mi corazón, logro sentir algo que no había imaginado antes, algo que jamás había sentido. -Sheolojaly sintió que el corazón se le iba a salir de su cuerpo, su mente comenzó a dar vueltas, se sentía mareado pero feliz, inmensamente feliz.

-Princesa...


Y antes de que pudiera terminar la frase, Deneb tomo la mejilla de Sheolojaly, ¡vaya su mano era tan cálida!, se acercó despacio a él, la mirada fija era una puerta a otro mundo, algo tan cristalino, calor de vida, sueño de amor. Ella le dio el beso más dulce, el más dulce que jamás volvería a sentir en su existencia. El beso más cálido de su vida, el primer y último beso. Ambos, en aquel momento en el que no existía el tiempo, jamás se imaginaron que ella moriría en ese instante y cuando Sheolojaly se dio cuenta, Deneb yacía en sus brazos, ya sin vida, ya sin fuerza.


La leyenda de Sheolojaly y Deneb (3/3)

Sus labios se desprendieron poco a poco, pues sus piernas desfallecieron con poca fuerza. Sheolojaly la contemplo con una enorme tristeza, con lágrimas en los ojos, sintió que su vida se hacía pedazos, se rompía en mil partes iguales. Deneb cayó al suelo como un saco de huesos, pero antes de caer, ella lo observaba, lo miraba tan profundamente que él pudo ver su propia silueta en sus pupilas, ella sonrió y todo se volvió gris, se volvió humo.

La cólera que sentía por la muerte de su amada, logro que la ira se volviera en una locura total.

-Ella merecía morir, el gusto es inmenso yo antes poseía el lugar que tienes tu ahora, también era el mago que protegía la galaxia...

Pero antes de que Toll Dubh terminara, Sheolojaly se abalanzo sobre el como un auténtico demente, encolerizado, lleno de rabia de ira, de enojo, lleno de lágrimas, de ira, sus ojos se convirtieron en dos carbones encendidos.

-¡Tu! ¡Tuuuu! ¡Bastardo! -las palabras eran un poco difusas y difíciles de entender, pero bastaba ver la expresión de Sheolojaly para saber que estaba a punto de matarlo-, la ¡Mataste!

Toll Dubh sonrió, -Si, yo la mate, pero todos pensaran que tú lo hiciste, nadie recuerda quien soy, y nadie te creerá, eres el único aquí, solo tú y un cadáver, ¿sabes algo? no volverás a ver la luz jamás.

Bastaron unos segundos distractores para que todo terminara. Para cuando Sheolojaly se dio cuenta, ya se encontraba solo con el cuerpo de su enamorada, Toll Dubh desapareció como una ráfaga que pasa rápidamente, casi invisible por el cielo.

Sheolojaly no podía regresar con el cuerpo de Deneb al reino, no podía ¿Qué diría? ¿Qué apareció alguien más? y aunque el hablara y dijera que el no había sido el artífice de tal acto atroz, todo sonaría a una farsa, el Rey en su delirio y tristeza no lo escucharía. Él sabía de lo que era capaz de hacer, al final era su hija y un padre triste y sumido en la agonía no era capaz de escuchar.

Sheolojaly tomo a su amada entre los brazos y mientras caminaba decía -Nadie amor, nadie nos volverá a ver jamás, mírate, sigues siendo tan bella, tan hermosa, jamás te abandonare. Entre lágrimas se alejaron para siempre.

Lo que paso a continuación fue tan rápido que para cuando Toll Dubh llego al reino de Alwaid en forma de delator y acusador a describir la escena que Shelolojaly había hecho con la hija del rey, los eternos enamorados se encontraban ya en un lugar tan distante, tan lejano que jamás, por más que se les buscara, nunca se les volvería a ver.

Para evitar que los encontraran en sus formas humanas, Sheolojaly, utilizó to el poder a su alcance, toda su magia y convirtió su propio cuerpo en un astro incandescente y lleno de vida, con la suficiente fuerza para poder iluminar el lugar tan obscuro en donde estaría por siempre con su amada. Lo mismo realizó con Deneb, para que jamás la volvieran a ver, la convirtió en un astro más pequeño, ella, que ya no estaba viva no poseía luz de la vida, pero él sabía que ella siempre estaría ahí y el la podría ver de lejos con su quietud con su serenidad <<vaya, eres hermosa>>.

Y así fue como Sheolojaly y Deneb cambiaron sus formas humanas y se convirtieron en cuerpos celestes, a Sheolojaly se le llamaría el “Astro Rey” y a Deneb “La Princesa nocturna”. Siempre estarían juntos, siempre el seguiría vivo hasta que su luz muriera, y ella muerta esperaría en el mas allá a que el llegara a su lado para estar por la eternidad, por siempre  juntos…



miércoles, 4 de octubre de 2017

Mujer


P: G con Gaaa...

Lo tengo en mente, pero no, no puedo describirte, no puedo recoger las palabras de mis pensamientos para redactar detalle a detalle, lo maravillosa que eres. Me gustas, adrenalizas mis sueños y robas mi aliento, noche a noche, te has convertido en mi insomnio favorito, en aquellas risas sin motivo al aire libre, en mi fuente de inspiración perfecta.

Eres real y me gusta eso, no idealizo un semblante de una mujer perfecta, de curvas y actitudes estrafalarias, eres autentica y sé que tienes defectos guardados, pero sabes, son tus virtudes, tus ideales los que me hechizan los que mantienen en una larga batalla a todas mis emociones, desatando una tormenta de sentimientos cada vez que tocas mi corazón, cada vez que veo aquellos cabellos en desorden fuera de lugar de tu cabeza, esa tormenta que arranca mis deseos y mis anhelos, que los hace tuyos. Sabes no te imagino siendo perfecta, siendo ordenada, tampoco siendo una experta en seducción ni  maternalismo, sé que tienes gustos,  que tienes instantes de  sabiduría, sé que eres humana, apasionada, amante de la música, de los poemas, de las bromas...

Sé que deseas amar, sé que deseas se amada y aunque has amado muchas veces sé que también te han lastimado el corazón, sé que lo han herido, no ocultes tu dolor, déjame ver tus heridas, quiero sanarlas, besarlas, hagamos que se curen. No tengas miedo a ser lastimada, todos nos lastimamos en la vida, no temas demostrar tu amor, tu cariño, yo lo comprenderé, así eres, una mujer sensible, con sentimientos hermosos. No tengas miedo.

Quiero descubrirte  despacio, tiernamente, recorrer tu cuerpo línea por línea, como mi libro favorito, disfrutarte, regresar a páginas anteriores para volver a releer todo, quiero tocar tu cabello acariciar tu rostro, mirarte y verme reflejado en tu mirada cristalina, que sientas mi amor por ti, que sientas el fuego que arde en mis labios, que está dispuesto a incendiar el bosque que cubre tu cuerpo y extasiarte de cariño...

Prometo enamorarme poco a poco si tú me lo permites, quererte lo suficiente para que no te olvides que sigo aquí, Sé que no serás siempre mi prioridad, pero si serás mi primer suspiro, convierte aquellos días grises, en algodones de colores, conquistemos en el mundo con los pies en la tierra.

Y así  sin más, serás perfecta para mí, No cambies, se tu misma, no te idealizare, quiero que seas solo tú,  sin máscaras, sin capas, sin camuflajes extraños, solo se tú. Aduéñate de mis horas, de mis suspiros, convierte al mundo en polvo, conviértelo en nada a tu lado, no te guardes nada, vívelo, ven cómo eres, despierta a aquella niña, a aquella mujer que quiere vivir y sonreír. Estremece mis días con tu misteriosidad, hagamos que todo valga la pena, déjate querer, olvidemos las cosas malas que algún día aquejaron nuestros corazones, solo quiero enloquecer tus emociones, piensa en lo que juntos podríamos hacer, mueve el mundo de mis miedos y escribe una historia en él, escribe tu historia...

Eres mi dulce tentación, mi más secreto pecado, eres una linda bendición y un invaluable tesoro, un torbellino  que levanta con fuerza indomable todas mis emociones incluso hasta la mas mínima sensación.

Si mujer esto es para ti, esa mujer eres tú, alguien deseada, alguien prohibida, alguien que detiene el tiempo en cada beso, alguien que  llego, que llegó para quedarse en mi mente... y aún más que en mi mente… siempre en mi corazón....




lunes, 2 de octubre de 2017

La Torre de las Horas Largas

La soledad parecía absolutamente virgen, sentí como mi corazón se contraía, sentía como era atravesada por una flecha envenenada. Cuando aquella campana perversa de aquella torre endemoniada marcaba las cinco de la tarde, mis peores temores tomaron forma y cobraron vida. Aquellos pensamientos me llevaron a un mundo irreal, radical y primitivo, pues en aquel momento nuestra locura extrema se manifestó de manera incontrolable.


Era un día obscuro, caliente y neblinoso, las persona se encerraban en sus casas pues, la profunda niebla soltaba de su patio a los demonios más aterradores que azotaban a nuestro pequeño pueblo, llegaban con grandes deseos de alimentarse, los niños y las mujeres corrían a través de las ladeadas calles de tierra, tan vacías como el desierto ébano que se extiende por el mundo. Murmullos se escuchaban silenciosamente. Pues sí, las campanas sonaban con un estruendo asombroso y en cada timbre de ellas, era una alerta para protegernos de las bestias. El pueblo permanecía quieto como estatuas romanas, el corazón más palpitante podría ser el delator de nuestra existencia, podría ser la causa de una muerte prematura y de la extinción del alma. Pues a ellos no les gustaba la vida ¿Qué clase de seres aterradores eran ellos?

Bajo la tarde, las miradas se alzaban con incredulidad. Una hora, una hora de nuestras vidas la teníamos que mantener en completa sumisión, en completa calma, mientras pensaba en como mi tranquilidad  jugaba un papel importante en mi salvación, mis parpados se apretaban como en una especie de espasmo, mis ojos se hacían cristalinos, y de ellas emanaban diamantes cortados. No era el único, todos pasábamos por el mismo calvario. Nadie se preguntaba porque permanecíamos ahí, debía de ser por nuestra familia o tal vez por nuestras tierras. Las raíces se enroscaban en nuestros corazones y nos ataban, nos hacían permanecer en aquel pueblo desolado y azotado.

Cuando daban las cinco y las campanas abrían el lúgubre cántico de la tarde, las náuseas me envolvían, todos permanecían quietos, asombrados y preocupados, las miradas de la gente comenzaban a invadirse por el pánico inmisericorde, los pies tambaleaban y las manos se doblegaban. La campana cantaba con golpeteos espeluznantes, todos miraban hacia el cielo, todos miraban hacía aquella campana colgada de la torre con esquinas arqueadas de roca perversa, y fachada babilónica. Aquella campana oxidada que daba la llamada a la muerte, al despertar de aquellas cosas horrendas que tanto nos atormentaban. 

Las cinco de la tarde. Las cinco campanadas más largas de mi vida. No era una pesadilla. Nada tenía de la inequívoca idiosinerasia del sueño. Era real, tan real como este pedazo de papel sobre el que mis palabras expresan mi miedo consumido por la pena. Campana de los arcángeles subterráneos. Esperábamos tanto tiempo, sumidos en la inconciencia, reflexionando sobre nuestros días y sobre nuestra vida, las malas acciones que nos determinaban a llevar un cargo de conciencia. Cada día, admirábamos una vez más a la vida en su entera plenitud.

Aquello que salía de las profundidades de los bosques agitados, era horrible, se burlaba de nuestras vidas, nos atormentaba hasta las profundidades de nuestros más ardientes pensamientos ¡Que más querían! ¡Que más deseaban!, habíamos aprendido de la vida. Habíamos perdonado al dolor y a la ira.
Estábamos vivos ¡Queríamos seguir vivos!

Eran Demonios limitados a simples amenazas, tenían la intención de usarnos como alimento del miedo. No sabían lo que en nosotros causaban. Aquella campana, aquella torre, en el centro del pueblo de unos cuantos de cientos de personas. Cada día moríamos una hora, una hora completa. Jamás me pregunte porque. 

Soy incapaz de describir, no tengo las palabras para expresar esta ansia salvaje, esa anhelante vehemencia de vivir, y salir a enfrentar mis miedos¿Algún día lo descifrare? No lo sé, solo sé que quiero que este momento pase, como todos los demás días, semanas, meses y años, de mi estancia en esta familiar creencia.

No tenía nada peculiar, ninguna expresión, predominante que fijar en la memoria, yo era un rostro visto e inmediatamente olvidado, como el de todos los demás. Un hombre que se doblegaba a los ángeles, poseyente de una voluntad que no moría.

Podía sentir que mi vida volvía cuando aquel sonido volvía en forma de seis cantos celestiales. Era cuando las miradas salían de los agujeros  y de la obscuridad de las casas, la vida volvía a permanecer tranquila y la gente volvía a sonreír, podía caminar por las entradas, por las salidas, podía subir y trepar a los árboles, volvíamos a ser un pueblo unido, era una relación incompleta pues al día siguiente, sabíamos que estaríamos completos, cuando la hora de pensar y dar gracias por vivir, volvía a nosotros por una hora más, cuando aquella campana oxidada que colgaba de la torre con esquinas arqueadas de roca perversa, y fachada babilónica, nos hiciera despertar de nuestra fantasía y volvernos a la realidad al soltar a las bestias horribles de los bosques tormentosos, solo así, sabíamos que debíamos de vivir, solo así, de esa manera tan artera podíamos dar gracias por poder vivir un día mas, solo un día más…