Aun al despertar, ella podía sentir el aroma de aquel
cuerpo cálido, aun podía respirar el perfume de sus mil sotos,
Emprendía un nuevo día, cotidianidad mediante, una
nueva aventura, esperando a que llegara la noche, para así, poder estar con él,
para que la velada nocturna los envolviera con su densa esperanza, cuanto anhelaba
la nocturna atmosfera de su vida. Por los días, mantenía la vida ordinaria de
una mujer idónea, caminaba por las calles con acentuado naturalismo,
Las uñas de sus magníficas manos, se tornaban de aquel
color rosado que siempre la caracterizaba, no era un semblante soberbio,
caminaba con normalidad, y sonreía si miraba algo gracioso,
Muchos la catalogaban de aburrida, una mujer sin
sentido de la realidad, pero la percepción era su palpitante postura innegable,
sentía frustración, sentía enojo, ira y felicidad, pero, muy a pesar de todo
ello, sentía que nadie la comprendía,
Los agudos silbidos musicales de la calle, le
incitaban a tener pensamientos, pensamientos mágicos sobre la vida perfecta,
con el amor de su vida, el color perfecto que le devolviera la serenidad que
creía perdida. Sí, ella soñaba con él, y juraba que algún día llegaría, entre
las ruinas de sus fracasos pasados, ella agitaba en su memoria el recuerdo de
un sueño lívido y cálido sobre aquel que la abrazaba y la hacía sentir única,
Una completa maravilla en la tierra sagrada de su rara
realidad,
Por el día la vida la volvía invisible a los demás, así
estaba bien para ella, así estaba bien para el mundo, nadie se daba cuenta del
sentir de la joven dama,
Caminaba por las aceras empedradas, “miradla, mirad su
belleza celestial, la mujer con la piel tan hermosa, aquella, como la del color
delos zafiros, y, y con unos labios, los más pequeños, cual chispas de fuego,
cavilante e incensacente en las horas eternas, pidiendo estar de nuevo con la
que ella jura, era su amor eterno”,
Soñaba de día y vivía de noche, al pasar las horas y
al llegar cada vez al ocaso, su incesante ansia por verlo se percibía entre su
mirada que temblaba al tacto de las caricias del viento juguetón,
Sabedlo, soñaba con él, con una gran devoción, quería
estar entre sus enormes alas, protegida, con el abrazo más cálido de todo el
mundo, un abrazo que no tenía explicación humana, era el perfume de una flor
con el aroma de una adorada idolatría,
Quería perder todo conocimiento de la vida física,
quería perderse solo en sus brazos, pues al cerrar los ojos, él ya se
encontraba esperándola, con aquella sonrisa cual amante secreto, era el ser de
un sueño, el ser especial y perfecto,
Sentir el refugio era su principal anhelo,
Él le preguntaba, ¿Cómo se encuentra tu corazón?
Ella le respondía con un beso y un suspiro. Ahora está
tranquilo, te tengo a ti.
Y sellaban la noche con el latir más armonioso de la
piel desnuda, la cual, el alma caía presa del vasto murmullo de las estrellas,
sellado con el beso más lívido, el mas anhelante,
Así la noche los tomo de esa manera, como la
perfección, y el tiempo se detuvo, se retiró y los dejo solos para que vivieran
su amor, un amor entre las paredes de lo celestial, el silencio de la noche los
marco para siempre,
Pues a cada noche que pasaba, la recibía así, con las
alas de un arcángel alado, siempre la recibía con una sonrisa y con la misma
pregunta.
¿Cómo se siente tu corazón?
Y ella tenía una respuesta diferente cada día,
-Ha estado como los días anteriores, mejor.
Así era casi siempre,
Las noches se hacían largas, como la llama del fuego
que arrasaba con sus deseos tan admirables,
Pues soñar, era la felicidad para esta joya, para la
mujer que habitaba en el corazón del sentimiento abismal, ya nadie le hacía
daño en sus sueños, ahí dormía, en sus brazos, en lo cálido de su latir,
Si, tenían vidas separadas, al mirarse lo sabían, con sus
ojos cargados de pensamientos y emociones,
Pero no lo arruinaban con explicaciones, no decían ni
una sola palabra, en la besaba en la frente y ella sabía que todo, que todo
estaba bien, el hacía sentir como en ningún lugar y ella quería ser una niña de
nuevo,
Antes de abrir los ojos, ella se despedía de el…,
-Cariño, regresaré pronto, prepara la noche y
susúrrale a la luna que eres mío, así pasaremos la velada más hermosa, nos
volveremos a encontrar,
Y así ella volvía continuar su vida alejada del
recuerdo de la felicidad y de la bondad que le brindaba la cautelosa y
silenciosa noche,
Pero en cada placidez nocturna, se encontraban puntual
al cerrar los ojos, cada día era mejor, cada día se volvía especial,
Aquellos que solo viven en el día están perdiendo el
escape de la vida en los sueños de la noche,
Ella, de excesiva belleza, solo buscaba ser amada, todo el mundo decía
que ella era rara y él no lo creía, ellos decían que ella no creía en el amor, ella
decía que quería ser amada, pero aseguraba no ser buena para el amor, la gente
no la comprendía, un día adoraba escuchar música, pero al otro veía el
atardecer…
Tenía dudas pero el, tímido y avergonzado solo la admiraba,
Ni una sola palabra, la abrazaba, un día ella, prefería las cosas frías
y al otro día, cosas calientes,
Así, era extraña, pero la belleza de aquella mujer era
la de los serafines, una doncella natural, una bendición para el mundo, una
mujer que buscaba la felicidad y que en sus sueños la podía encontrar,
Jamás, ella podrá borrar el recuerdo y el juramento
que se hicieron, con un suave respiro, su apasionado corazón recuerda la
sensación de la tranquilidad de las noches,
Cuando la vislumbren sonriendo, en el silencio total,
ella recuerda para sus adentros, esa ansía cautivadora de poder estar en sus
brazos, protegida y vulnerable. Porque sabe, sabe que nada malo pasará ya
jamás…
¡Jamás! ¡Jamás!