jueves, 30 de noviembre de 2017

Bajo tu cama (2/3)



Eh de confesar que sentía escalofríos cuando ella me hablaba, sentada frente a mí, con aquellas arrugas en su rostro y su bien definida nariz aguileña. Sentía más sin embargo, que su aspecto había cambiado un poco, cuando la vi por primera vez, en la primera instancia su rostro era la de una mujer triste, joven, pero con las marcas habituales de aquel que ha llorado mucho. Ahora mientras hablaba, sentía que había envejecido más de la cuenta y que sus ojos eran más demacrados que en un principio decidí no prestar importancia, si tenía algo que contarme ese era el instante y así lo hizo. Me es difícil no olvidar casi ningún detalle de la conversación y del lugar en el que me encontraba, describiré las escenas casi con exactitud fotográfica.

La casa sumamente extraña, de aquellas casas viejas, pero sumamente limpias, con fotografías en todas las paredes, fotografías muy antiguas, de gente con atuendos raros, pero a la moda de aquellos tiempos. El alfombrado, de un color deprimente, un color café con manchas rojas, adornada de arriba hacia abajo. Sin contar, que, caminando a la estancia de la sala, pude percatarme de algo que me llamo mucho la atención. Fotografías..., pero no de gente extraña, eran fotografías…, de niños, a blanco y negro… la sensación de nerviosismo que experimente fue espeluznante, pero más espeluznante era esa casa extraña…

-¿Me puede repetir su nombre? –Le espeté mientras me sentaba en aquel sofá ennegrecido por la suciedad de mucho tiempo.

-Sharin… Me llamo Sharin, pero todos los “lugareños” me dicen Aída.

Sharin, que nombre tan poco común y desconocido para mí. “Lugareños”, decidí no prestar más atención y continúe…

-Sharín…

-Dígame Aída… -Me interrumpió.

-Está bien, Aída. Dígame por que las calles lucen tan vacías, por que la gente se encuentra tan extraña. ¿Qué es lo que está pasando en este pequeño pueblo?

-Nadie le va a decir nada, porque la gente tiene miedo.

-Miedo, ¿de qué? –Pregunte asombrado.

-Miedo de que no solo los niños desaparezcan, si no la gente adulta también. -y acercándose, con aquel semblante cada vez más avejentado me dijo como en secreto-, todos tienen miedo de hablar de “ello”, la gente lo sabe, pero sigue creyendo que no pasa nada y que es un “extraño” que se roba a los niños, pero no es así, y ellos lo saben.

-¿Usted, sabe algo que ellos no?

-No es en absoluto más que ellos no –se relajó-, pero si lo suficiente para poder desmentir los rumores de que no es alguien “humano” el creador de los artífices.

-¿Humano? ¿Cómo, a que se refiere que no es humano el que está causando la desaparición de los infantes? –Cuanto me asombro semejante afirmación.

-Todo con calma, un relato no se cuenta del final al principio. Espere y sabrá más de lo que usted piensa. Al referirme a que no es alguien humano el artífice de semejantes hechos, trato de decir a que una persona no secuestraria niños para desaparecer con ellos definitivamente, nadie con corazón, haría algo así, alejar a un pequeño de los brazos de sus padres y desaparecer. Eso no es humano.

-Claro, continúe.

-Le seré franco Edgar, estas cosas tienen un origen, un origen que nadie quiere, si quiera descubrirlo, en las calles se leen carteles de niños que han desaparecido, no apenas, si no que llevan ya incluso años. ¿Me entiende?

Escuchando atentamente las palabras de esta mujer, me percaté de que mencionó mi nombre. Si no más recuerdo, jamás me presente con ella, ni recordaba haberle dicho de donde venía, sin embargo ella me hablaba con una confianza entera, como si ya me conociera.

-Entiendo.  – Le dije quedamente y sin dejar de mirarla a los ojos.

Continuó.

-Esta, sin embargo es una de las tantas historias que circulan por el pueblo, esta declaración la dieron los papas de la pequeña Karen, una niña de tan solo cuatro años. Sus papas le preparaba la cena, cuando entonces la niña llegó corriendo a la concina donde ellos estaban y apresurada tomo un par de galletas de la mesa. Sin decir nada dio media vuelta y regreso a su habitación. Los papas extrañados decidieron seguir a su hija, sin que esta se diera cuenta. Al llegar a la habitación, la puerta se encontraba entre abierta, pero los papas no decidieron entrar, se quedaron esperando, ya que, escuchaban que su hija hablaba con alguien tan quedamente que apenas se lograban escuchar los murmullos incoherentes. Los papas decidieron permanecer ahí, curiosos, pero de pronto el silencio se apodero de la habitación y entonces todo quedo en silencio. Los papas, después de unos segundos sin escuchar nada, entraron a la habitación, su sorpresa fue sin embargo que la habitación estaba vacía.

Buscaron a la pequeña por todos lados, pero nunca la encontraron, jamás se volvió a saber de la pequeña Karen, y aunque sus papas, ofreciendo recompensas jugosas, jamás alguien dio con el paradero de la niña…

La historia me estaba intrigando y no había hecho absolutamente nada para tener alguna evidencia, así que mientras Sharin me contaba la historia, saque de una maleta una grabadora de voz. Lo que paso a continuación aun me mantiene con el corazón al filo de un acantilado.

El rostro de Sharin cambio completamente por la de una furia inconmensurable, sus ojos se abrieron como dos carbones encendidos y sus manos temblaron de manera inmediata.

-¡Que es eso!, le eh dado la confianza de que entre a mi hogar y escuche lo que tengo que decirle, pero ¿Grabarme?. ¡Quien se ha creído!, Con todos sus años como reporterucho imbécil, ¿cree que tiene la suficiente autoridad para venir a mi hogar y grabar una conversación sin mi consentimiento?

-No, no es eso…

-¡Claro que si!, ¿usted no cree que no, que no conozco a los de su tipo? ¿Por quién me ha tomado, por una idiota? ¡Que equivocado esta usted! Debería agradecerme que lo eh dejado entrar en mi casa, debería, debería usted, de estar adornándome con flores todo esto que usted y su morbosidad pura no saben. Debe, debe. ¡Debe de retirarse ahora mismo!


Y las palabras se me atoraron en el pecho con súbito espasmo. Mis ojos estaban perdidos y mis sentidos desorientados. La imagen de aquella señora, apacible, de ojos tristes, se había convertido en los de una mujer furiosa, en los de una mujer de edad avanzada, con carácter colegial y de movimientos fuertes. Su nariz se había agrandado y sus manos habían tomado la forma de las de unas garras, sus dedos, sin verlo directamente parecían haber crecido considerablemente. En verdad algo extraño pasaba, pero mis pies no me dejaban moverme y mis manos permanecían quietas, incluso…, temblando…

-Siento haber sido tan irrespetuoso con mi actitud. No era mi intención, siendo yo un columnista, debía de tener algún respaldo de mis investigaciones –los nervios me mataban por dentro, pero por fuera parecía tan rígido como una piedra-, en todo caso le iba a pedir su autorización. Sé que le molesto y le pido una disculpa enorme. No quisiera que con este acto echara a perder la conversación. 

Mil disculpas.

Sharin respiro hondamente y prosiguió.

-No te preocupes Edgar, suele pasar, soy una persona desconfiada, pero sé que tus intenciones no son malas.

No pude evitar seguir notando más cosas extrañas, como que la casa iba oscureciéndose más, eran no más de las cinco de la tarde y el sol aun brillaba desde una ventana, pero en el interior de la casa, todo se tornaban ya más oscuro. Era igual mi imaginación, pero incluso el hedor que despedía de la boca de Sharin, eso era innegable. Olía muy mal, este aroma jamás lo percibí en toda la plática, hasta poco después de que ella se hubiese calmado, olía como a cloaca, como a la carne de un animal descompuesto.


Ella prosiguió...



domingo, 26 de noviembre de 2017

Bajo tu cama (Parte 1/3)

El Informador. Periódico Local.
Noviembre 27, 2001

¿Te has preguntado, que hay, que existe…, que vive bajo tu cama?

Las constantes desapariciones de niños de entre tres y ocho años ha conmocionado al pueblo de Olona. En efecto, esta pequeña ciudad de poco más de diez mil habitantes, esta pasando por un suceso muy extraño, incluso aterrador. Las calles lucen algo vacías, casi no hay gente en las aceras, Los carros por las avenidas, son realmente escasos. Pero lo más extraño, es, que, casi no hay niños.

Me dirigí personalmente a este pequeño pueblo en las orillas de la Capital Este, para cerciorarme, si los rumores de las desapariciones y la ausencia de niños son del todo ciertas, y aun más que ciertas, si éstas tenían relación con sucesos algo más alejados de la mente humana. Pues bien, me aseguré de llevar todo lo correspondiente para mi investigaciones, había ido solo, esto, con el fin de no levantar sospechas. Era mejor una sola persona, pues así, podría tener mayor movilidad y podría pasar desapercibido.

Estas desapariciones había causado un completo caos, pues las familia, desconfiaban de cualquier persona extraña o ajena al pueblo. Dentro de mi visita, me sorprendieron varias cosas, entre ellas los carteles de niños desaparecidos, carteles adheridos a todos los postes de luz y a las paredes en una especie de tapicería mórbida. Fue tan extraño toparme con todo ello, ya que nunca había experimentado tal sensación.

Mi primera impresión al llegar, fue la de una atmosfera extraña, pesada, casi fúnebre, las calles, casi sin ruido, casi solas y vacías, como las de un pueblo fantasma. La gente inmediatamente, identifico que yo era extraño, pues mi semblante y mi manera de andar tan airada, denotaron mi lejanía de este pequeño pueblo, la gente, agachaba la cabeza, o en su mayor defecto, preferían evadirme y cruzar al otro lado de la calle.

Evadían mi andar, y eso, me resulto algo escalofriante, me sentía como un completo aborigen. ¿Qué clase de secretos podían guardar? A veces me daba la impresión de que la misma gente sabía lo que sucedía, pero ellos mismo, preferían evadir los temas, aun cuando sus familias –hijos, sobrinos, amigos- estaban en peligro. Trate más sin embargo hacer un pequeño acercamiento a una pareja de novios sentados en una banca cercas de un parque solitarios. Era un día extraño y de una atmosfera fría. Mi reloj, marcaba las cinco de la tarde.

-Buenas tardes…

Fue lo único que alcancé a decir. Pues inmediatamente la pareja se levantó de la banca en donde se encontraban platicando y sin dar ninguna señal más se alejaron y partieron con un rumbo desconocido para mí.

¿Qué era lo que estaba sucediendo? Aun no lo sabía. Pero llamaba mi curiosidad, cada que descubría las evasiones de estas personas.  Tenía que hacer algo, pues había perdido un día completo y aun no obtenía información útil que me ayudara a aclarar la situación.

Fue entonces que se me ocurrió tomar una de las hojas pegadas en un olvidado muro de color gris, vi el rostro de una niña alegre, de cinco años. Su nombre era Anny Sustraita. Ojos color miel, cabello negro rizado, boca pequeña y sonrisa del mismo tamaño, con un lunar en el labio superior derecho. Había desaparecido aproximadamente hace dos meses. Me sorprendió, cuando en aquella hoja leí que traía puesta una pijama color morada de cuadros. La descripción de la hora de su desaparición mencionaba –lo mencionaré textualmente-:

La última vez que se le miró, fue en su habitación. Después de las diez de la noche, no se le volvió a ver más.

Cuanto me asombro esta descripción, pues no es usual que algo así sucediera. Sin embargo, arriesgándome a todo, llame al número que aparecía ahí. El teléfono timbro una sola vez y al otro lado del teléfono, una voz apagada de una mujer mayor y con un tono desconsolador me contesto.

-Dígame, dígame por favor que sabe algo sobre mi Anny.

La voz se me quebró y de mis labios no salía palabra alguna. Cuanto me alteró escuchar así a una mujer en espera de una divina contestación, en ese instante me sentí algo más que insensible pues, mi llamada era con fines informativos, solo eso. Tenía que responder algo, el silencio permanecía constante sobre ambos lados.

No tuve el valor de decir algo y simplemente colgué.

Me sentí extraño, quería abandonar aquel pueblo de atmosfera fúnebre y desoladora. Miraba a mí alrededor, era la única persona que permanecía de pie en aquella calle solitaria. Los negocios permanecían cerrados. En verdad, sentía que me situaba en un pueblo fantasma. Quería irme, daría cualquier excusa, incluso estaba dispuesto a perder mi trabajo, no quería jugar con los sentimientos de las personas, con el fin de obtener una nota para lectores curiosos o incluso morbosos. Estaba a punto de dar la media vuelta y emprender mi regreso, así, sin más, irme con las manos vacías, cuando a mis espaldas, una mano me tocó el hombro, y sobresaltado di la vuelta con temor.

Era pues, una mujer, no mayo a los cuarenta años. Me miro y una lágrima corrió por su mejilla.

-Usted no es de aquí. –Me dijo con una voz cansada.

-No, debió de percatarse inmediatamente.

-Usted, no es de aquí –Me volvió a repetir.

-No, no lo soy. –le espeté casi inmediatamente.

-Si, no es de aquí. ¿A que ha venido?

-A investigar sobre las desapariciones de los niños – No quería decirlo de esa manera, pero las palabras brotaron de mis labios como una fuente de agua.

-¿Los niños desaparecidos? –Me miraba atormentadamente pero con pasividad en el resto de su cuerpo-. No solo desaparecen, algo, hay algo aquí, algo que se los lleva. Nadie le dirá que es o quien es, por que nadie sabe que es “Ello”, venga. Le contaré, poco de lo que se. Tal vez, le interese.
Me quede boquiabierto, pero me interesaba saber. Así, que la seguí.




martes, 21 de noviembre de 2017

Cambiar un poco al mundo



Si, cambiar un poco a mundo, logrando que al nirvana ingrese gente de oscuros pensamientos y que el Hades pueda ser explorado por la gente buena ¿Por qué no? ¿Por qué no? ¿No podríamos nadar en la tierra fértil y caminar en el cielo? La gente puede ser extraña y yo cada día estoy más loco ¿Por qué será? Si lo único que quisiera es cambiar un poco al mundo ¿Por qué no andar hacia atrás y hablar con la mirada?, podemos aprender mucho más de lo que quisiéramos, sin tan solo tomáramos un libro en lugar de una caja de luz, este mundo sería mejor. Aprenderíamos a leer con el corazón, si solo lo intentáramos podría ser más sencillo cambiar un poco al mundo.

¿Por qué no? Sería divertido ver la música y sentir el silencio entre cada nota ¿Por qué no ayudar más a la gente, en lugar de ignorarla? Sería más fácil. Que extraño ayer soñé esto, vivir en la calle, volar en lugar de caminar y en lugar de poseer un arma, tener conciencia ¿Por qué no enamorarse de la gente extraña?

Es mi filosofa de vida. Parte de mi realidad se encuentra aquí, no espero que lo entiendan, ni quiero que lo intenten, mi mundo puede que sea diferente al suyo, esto es una de mis razones de ser, y solo por eso trataría de cambiar un poco al mundo, soy una voz lejana gritando en el desierto, tratando de llegar a la mente de las personas y aunque exista el silencio pacifico en sus miradas, sé que sus voces gritan por dentro, en lo alto de sus pupilas, gritan por algo nuevo y delirante, por algo que les haga sentir vivos, por sentir más adrenalina. 

Tal vez esto no es lo que querían, pero si sienten que su vida es miserable es porque ustedes siguen otras voces que les impiden hacer y sentir lo que ustedes más desean, son así sus vidas por no perseguir sus sueños y sus metas, dejaron que alguien más decidiera por ustedes, al final…

¿Quién puede cambiar al mundo?


miércoles, 15 de noviembre de 2017

El Cuervo


Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es -dije musitando- un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

viernes, 10 de noviembre de 2017

El Corazón de un Dios



Es la noche en la que todos llaman,
la noche en la que todos gritan,
¿que puedo decir?
mis manos tiemblan un poco,
pero prometí que daría lo mejor de mí,
prometí que sería fuerte,
que jamás temería a nada…

Si por las calles obscuras,
no encuentran compasión,
amigo mío, lucha y nunca desistas,
será cruel la subida,
y fáciles las caídas,
no desistas,
caminaré y veré,
lucharás y vivirás,
estarás bien,
van por el mundo sin rumbo,
puedes seguir una imagen falsa,
el poder esta en ti...

Podrá ser un día cualquiera,
y el sol brillará con más intensidad,
mis pupilas están dilatadas,
eh escuchado algo que me ha puesto terriblemente pensativo…

Las cartas y plegarías llegan como la lluvia en Agosto,
Recias como las caricias de mi madre,
tan brillantes como el fuego, que consumió mi amor y alteró mi equilibrio…

Nunca me di cuenta,
desvié la mirada, estaba desapareciendo,
por un momento camine a casa,
¿Como se siente?
dime porque no ayudas a tu hermano,
dime porque lo golpeas,
alargas tu pie y tratas de tirarlo,
puedes ser de piedra,
te has convertido un completo desconocido...

Es por eso que llegaré,
Y según decían,
las campanas, sonaran en lo alto de los cielos,
y las tormentas vendrán cargadas de odio,
borrara la maldad de la vida,
y los mares se secarán,
hay que ser honestos, debemos cambiar el ideal,
no lograran saber lo que sienten nuestros corazones,
si no podemos mirar con el alma…

Puedes evitar o recibir los golpes que poderosos vienen,
y vos tiras los centavos al cielo,
piensas que puedes obtener la gloria que siempre imaginaste,
!Que equivocado estas!

Inmediatamente dentro de los limites,
lloras y pataleas como niño,
corazones comprimidos,
pensamientos atrapados,
sueños confusos,
me preguntaron,
como me salvare,
tal vez eso ya no exista ahora,
cuando los ángeles desciendan profesando la falta de fe,
desde el fondo de tu corazón,
lograrás, si lo visualizas
como podría ser el cielo eterno,
podrás sentir, hasta la médula de los huesos,
como es el corazón de un dios...



martes, 7 de noviembre de 2017

Carta a un Amor Desconocido

El viento arrastra una mano que surca los cielos y abraza el sol resplandeciente con una incertidumbre que a veces da miedo, el aire no es nada vital, cruza mi cielo y desea mis pensamientos, no alzamos el  rostro tal vez por miedo a no encontrarnos, no sé, el resto de mi vida solo es fugaz...

Si lo sé, el brillo al final del horizonte me incita a buscarte, pero no lo hago porque no sé cómo eres, pero yo te llamo mi amor, una hoja que cae por la playa de mis sentimientos y abraza mis más locos instintos, nuestra vida es un riesgo, tenemos que enfréntarlos, no buscamos nada, solo miramos nuestras manos...

Caminando a través de la calle, cruzando la avenida, el sol arde como un brillante cohete, alrededor, juegan las faldas de mis emociones y laten en lo más profundo de nuestras miradas, no temas cariño, pronto estaremos juntos...

Y la elegancia de tu mirada me llamara la atención porque veré en ellos el claro de un día soleado de brillantez veraniega, y sé que sonreirás, sabrás que las ígneas almas de nuestras vidas pasadas se volverán a unir regresando del paraíso, al de un suave suspiro...

Amor, sabes, cuando el destino nos junte y el tiempo se detenga entre tu mirada y la mía, no estés nerviosa vayamos a un sitio, donde nadie hable de cosas comunes, y olvidemos que hora es, no recordaremos el día en que vivimos, y vivamos, porque los números y las fechas no nos interesaran…

Y aunque no tenga la dicha  de conocerte aun, te amo en mis más locos y fugaces desvaríos, en mis más aventurados sueños, porque se que no serás perfecta, serás real, y sabes, desde ahora amo todo de ti.....


viernes, 3 de noviembre de 2017

Debería

Debería de ser algo diferente, debería no importarme, solo darme la vuelta e irme. Ser indiferente a todo, que nada sienta, que nada duela, no mostrar mis pensamientos como una conversación cotidiana. Que suerte no decirte palabras lindas para no enamorarme más y más de ti. Que sería de mi si no te doy mi tiempo, mis palabras, que no fueras mi persona favorita. Ojala pudiera darte mi tiempo sin importarme demasiado, que suerte tendría darte todo lo que te gusta sin que me afecte por alguna indiferencia tuya.

Caminar de tu mano, pero sabiendo que al soltarla volvamos a ser desconocidos que siguen otro camino, que no se pertenecen. Debería mostrarme aliviado si al enviarte un mensaje, me diera igual si lo lees o no, debería  tener gestos fijos sin vacilaciones al saber que estas del otro lado de una pantalla leyendo poemas, palabras a mente abierta, de un poeta enloquecido por tu perfume de mujer. Debería no importarme, y solo saber que te han tocado el corazón.

No debería de alterarme cuando sin querer, no pienses en mí para nada, continuar mi camino, continuar mi vida normal y rutinaria, sabiendo que existes y que me gustas, pero que sé que no me afectara en nada, ninguna actitud fría tuya.

Seria grandioso, ser una persona que no se entristezca ni se enojara, al saber que tienes algo, que sientes algo que no sea por mí, y que eso no me importe. Me gustaría estar ahí, escuchándote acariciándote enamorándome momentáneamente y que al instante en que te vayas y no quieras verme, no me afecte, y que pueda caminar normal viendo a la gente hacer lo mismo.... Debería...

Debería, debería, ser así. Pero no sería humano, no sería alguien de confianza, me entristezco cuando te veo llorar o lamentarte por algo que ha sucedido. Me alegro por alguna noticia que me has dado y salto de emoción contigo por ver tu felicidad en cada mejilla sonrojada de tu rostro. Lo hago, soy humando y me duelen las indiferencias, me altera creer que en tu cabeza no hay espacio para mí.

¿Que podría hacer? Nada, porque sé que no sabrás nada de esto, que se quedara vagamente en la lejanía del aire y en las alturas de mi cuerpo que se esfumara como una hoja seca al incendiarse un bosque, así se quedara en la profundidades de mi corazón y te sonreiré cuando por dentro mil batallas endemoniadas y angelicales se enfrentan a muerte por adorarte y amarte, por no creerte y alejarte por demostrarte que aquí sigo contigo en las buenas y en las malas, somos un caso extraño, una historia con final intermedio y principio revueltos. No debería quererte así. Debería…, Debería darte la misma importancia, que tú me das a mí…¿Sabes? considero que a tu lado somos una pareja cósmica, y tú, tu eres la diosa mas elegante del universo…