martes, 27 de febrero de 2018

Ojos Cafés

Extraña su manera de llegar,
y es que el día aun brillaba,
en sus oídos,
las esperanzas se columpiaban,
y yo la veía a ella,
y yo la veía a ella,
!Oh! que bonitos ojos cafés...

Y yo sabía que era especial,
lo note en su mirar,
siempre a su lado,
podría pasar,
y decir quererte,
ahora significa más,
porque yo lo sabía,
de ti ahora,
estaba enamorado...

Y el sol me decía,
ella es la indicada,
y la las nubes lo sabían,
es tiempo de quererla,
no volví a ser el mismo,
su sonrisa me devolvió el alma,
y yo la veía,
!Oh! que bonitos ojos cafés...

Yo quiero adorarte,
y saber que no habrá mas,
abrir las puertas
y dejarme entrar,
porque ahí estabas
y el tiempo se detuvo,
yo te mire,
y de ti me enamore,
que hermosa eres,
tu mi bonitos ojos cafés,
el cielo en su mirada,
y yo la veía,
!Oh! que bonitos ojos cafés...

!Oh! que bonitos ojos cafés...


Mi Manera de Hacerte Brillar


Suenan las notas largas de mi guitarra,
te encuentras atrapada en cada acorde,
en este momento y por siempre,
mi canción no morirá y tu recuerdo tampoco,
no me perderé en mi ego,
perdido en tus líneas,
alojándome en tus sueños,
al cerrar los ojos podré verte,
ahora mismo lo hago,
y ¿sabes?,
es un momento hermoso…

Oye nena, toma esta rosa,
y dime que estaremos juntos por siempre,
en cada paso mi canción te seguirá,
y tu podrás escucharla,
no me perderé ni un momento,
mi corazón estará en tus manos…

Algún día cuando emprenda mi viaje,
tomaré solo unas cuantas cosas,
mi música estará unida a ti,
por siempre, siempre, siempre,
y es por siempre, que tu permanecerás en mi mente,
sólo quisiera un beso,
un beso de tus cálidos labios,
si me quedo esta noche a tu lado,
quiero tocarte mas que una canción...

Oye cariño, toma esta rosa,
y dime que estaremos juntos por siempre,
en cada paso mi canción te seguirá,
y tu podrás escucharla,
no me perderé ni un momento,
mi corazón estará en tus manos…

Oye cariño, toma esta rosa,
y dime que estaremos juntos por siempre,
y ahora, ahora, duerme amor,
que me tengo que ir,
pero estaré cerca, muy cerca de ti,
en un dulce susurro,
de mi canción,
por siempre te acompañare,
siempre por siempre amor,
siempre por siempre cariño,
ohh, si,

siempre por siempre...


jueves, 8 de febrero de 2018

El Sentimiento que no Morirá

P. A. y E.

Me acerque lentamente, mientras, sin saberlo, le dedicaba las últimas palabras a corazón abierto.

Me acerque lentamente para aspirar un poco de su esencia, un poco del perfume de su piel, me resulto, cautivador, al alejarme un poco de ella, pude notar que su piel se erizaba, era apenas visible para mis ojos, dedique unos segundos más para apreciar aquel constante semblante de su tan radiante persona, tan mágica como un sueño que ahora se volvía alcanzable, un amor que parecía ya no tan lejano, lucía tan claro como el cielo que nos protegía. Entre los cardúmenes oscuros, le susurre al oído…

-No me olvides…

Ella se alejó un poco, respire el aire impregnado de su aroma.

Me acerqué lentamente a ella, por una última vez, y en esta ocasión, temblaba, su mirada se vio opacada por cristales lúcidos, como finas joyas antiguas. Sus labios, se fueron curvando un poco, si hubiera tan solo podido leer sus pensamientos, una flamante melodía podría haber concebido en ella.
Le di el último beso de aquella noche, tal vez la última noche de aquella vida, y juro por la luna eterna que aquel beso fue bendecido por la misma divinidad de los sueños que prometimos cumplir. Vestía de forma sencilla, pero en aquella noche pude sentir que lucí un flamante vestido de gala.

Sentía que el aire se acababa en mis pulmones, percibía como mis sentidos se alejaban de mi espíritu, los sueños, los deseos me abandonaban lentamente, como asesinándome lentamente sin compasión, sus manos, fueron resbalando lentamente de las mías, ahora ya vacías, ahora ya sin ella. El silencio imperó sobre nosotros, y una vez más la oscuridad de la impetuosa vehemencia nocturna, nos obligó a cantar las últimas palabras de aquel fatídico día.

-¿Estas segura? –Le espeté.

-Lo estoy –Me lo murmuró, casi en un suspiro, casi en delirio.

No hubo más palabras aquella noche. Simplemente dio la vuelta y se alejó lentamente. Mis piernas inútilmente trataron de moverse, pero ya estaba escrito, moría por dentro…, de pronto, ella se detuvo <<regresará, lo sé, no puede marcharse así, nuestra vida continuara y juntos crearemos lo que siempre entre bromas deseamos>>, por un breve y conciso momento, mi alma cobró bríos, la locura allanó mi ser, y mi espíritu, volvió a la tierra del Parnaso, donde aquellos sueños, atravesaron el tiempo en el que lucían con el mayor esplendor del profundo amor , por un momento, por un solo instante, mis manos dejaron aquel estado petrificado y se pudieron mover, solo un poco, lo suficiente como para poder tomar de nuevo su mano..., que equivocado estaba.

Tras unos breves segundos, que parecieron, eternas horas, ella reanudó su marcha, lenta y sigilosamente, perdiéndose de nuevo un poco entre la penumbra, entre las sombras de la calle, de los árboles, de esos anhelos inimaginables, entre los deseos que juntos formamos apaciblemente sobre la cama, sobre las arenas de los campos del paraíso, en ese momento, mi fe y mi esperanza quedo atrás. Derrame lágrimas y mis manos cayeron, blandiéndose en duelo sobre mis abnegados y profundos deseos por detenla. Pero, ya estaba escrito, estaba hecho, se marchó, y, estúpidamente me quede, viendo como se alejaba y se perdía entre la divinidad de la noche.

Era necesario, tal vez lo era, tal vez no.

En los ojos de mi amada, lo pude ver, vi, ira, felicidad, enojo, emoción, un sin fin y un mar de enteras y completas emociones, recuerdos pasaron por nuestras pupilas, como una especie de película a blanco y negro, sin sonido, sin alteraciones. Solo contemple, aquellos ojos. ¡Aquella bella mirada! ¡Aquellas grandes y brillantes, divinas pupilas!, aquellos labios que llegaron a ser para mí como los destellos más hermosos de un sol apasionado, y, que al tocarlos, me elevaban más allá de un imaginario e infinito sentido colosal de excitación y pasión.

Alce el rostro, miraba a las estrellas y cuando se alejó, note como con ella, junto con las luces en el cielo se iban apagando una a una. Sus palabras guiaran vuestros pasos a la felicidad y en sueños nuestros deseos encontraran la paz que necesitan


Se fue sin saber lo que aun sentía, sin saber porque lo hacía, y, aunque traté de explicárselo, no pude detenerla. Ella ya se encontrabas lejos...