lunes, 18 de diciembre de 2017

Creadora de Sueños



Aun al despertar, ella podía sentir el aroma de aquel cuerpo cálido, aun podía respirar el perfume de sus mil sotos,

Emprendía un nuevo día, cotidianidad mediante, una nueva aventura, esperando a que llegara la noche, para así, poder estar con él, para que la velada nocturna los envolviera con su densa esperanza, cuanto anhelaba la nocturna atmosfera de su vida. Por los días, mantenía la vida ordinaria de una mujer idónea, caminaba por las calles con acentuado naturalismo,

Las uñas de sus magníficas manos, se tornaban de aquel color rosado que siempre la caracterizaba, no era un semblante soberbio, caminaba con normalidad, y sonreía si miraba algo gracioso,

Muchos la catalogaban de aburrida, una mujer sin sentido de la realidad, pero la percepción era su palpitante postura innegable, sentía frustración, sentía enojo, ira y felicidad, pero, muy a pesar de todo ello, sentía que nadie la comprendía,

Los agudos silbidos musicales de la calle, le incitaban a tener pensamientos, pensamientos mágicos sobre la vida perfecta, con el amor de su vida, el color perfecto que le devolviera la serenidad que creía perdida. Sí, ella soñaba con él, y juraba que algún día llegaría, entre las ruinas de sus fracasos pasados, ella agitaba en su memoria el recuerdo de un sueño lívido y cálido sobre aquel que la abrazaba y la hacía sentir única,

Una completa maravilla en la tierra sagrada de su rara realidad,

Por el día la vida la volvía invisible a los demás, así estaba bien para ella, así estaba bien para el mundo, nadie se daba cuenta del sentir de la joven dama,

Caminaba por las aceras empedradas, “miradla, mirad su belleza celestial, la mujer con la piel tan hermosa, aquella, como la del color delos zafiros, y, y con unos labios, los más pequeños, cual chispas de fuego, cavilante e incensacente en las horas eternas, pidiendo estar de nuevo con la que ella jura, era su amor eterno”,

Soñaba de día y vivía de noche, al pasar las horas y al llegar cada vez al ocaso, su incesante ansia por verlo se percibía entre su mirada que temblaba al tacto de las caricias del viento juguetón,
Sabedlo, soñaba con él, con una gran devoción, quería estar entre sus enormes alas, protegida, con el abrazo más cálido de todo el mundo, un abrazo que no tenía explicación humana, era el perfume de una flor con el aroma de una adorada idolatría,

Quería perder todo conocimiento de la vida física, quería perderse solo en sus brazos, pues al cerrar los ojos, él ya se encontraba esperándola, con aquella sonrisa cual amante secreto, era el ser de un sueño, el ser especial y perfecto,

Sentir el refugio era su principal anhelo,

Él le preguntaba, ¿Cómo se encuentra tu corazón?

Ella le respondía con un beso y un suspiro. Ahora está tranquilo, te tengo a ti.

Y sellaban la noche con el latir más armonioso de la piel desnuda, la cual, el alma caía presa del vasto murmullo de las estrellas, sellado con el beso más lívido, el mas anhelante,

Así la noche los tomo de esa manera, como la perfección, y el tiempo se detuvo, se retiró y los dejo solos para que vivieran su amor, un amor entre las paredes de lo celestial, el silencio de la noche los marco para siempre,

Pues a cada noche que pasaba, la recibía así, con las alas de un arcángel alado, siempre la recibía con una sonrisa y con la misma pregunta.

¿Cómo se siente tu corazón?

Y ella tenía una respuesta diferente cada día,

-Ha estado como los días anteriores, mejor.

Así era casi siempre,

Las noches se hacían largas, como la llama del fuego que arrasaba con sus deseos tan admirables,
Pues soñar, era la felicidad para esta joya, para la mujer que habitaba en el corazón del sentimiento abismal, ya nadie le hacía daño en sus sueños, ahí dormía, en sus brazos, en lo cálido de su latir,
Si, tenían vidas separadas, al mirarse lo sabían, con sus ojos cargados de pensamientos y emociones,
Pero no lo arruinaban con explicaciones, no decían ni una sola palabra, en la besaba en la frente y ella sabía que todo, que todo estaba bien, el hacía sentir como en ningún lugar y ella quería ser una niña de nuevo,

Antes de abrir los ojos, ella se despedía de el…,

-Cariño, regresaré pronto, prepara la noche y susúrrale a la luna que eres mío, así pasaremos la velada más hermosa, nos volveremos a encontrar,

Y así ella volvía continuar su vida alejada del recuerdo de la felicidad y de la bondad que le brindaba la cautelosa y silenciosa noche,

Pero en cada placidez nocturna, se encontraban puntual al cerrar los ojos, cada día era mejor, cada día se volvía especial,

Aquellos que solo viven en el día están perdiendo el escape de la vida en los sueños de la noche,
Ella, de excesiva belleza, solo buscaba ser amada, todo el mundo decía que ella era rara y él no lo creía, ellos decían que ella no creía en el amor, ella decía que quería ser amada, pero aseguraba no ser buena para el amor, la gente no la comprendía, un día adoraba escuchar música, pero al otro veía el atardecer…

Tenía dudas pero el, tímido y avergonzado solo la admiraba,

Ni una sola palabra, la abrazaba, un día ella, prefería las cosas frías y al otro día, cosas calientes,

Así, era extraña, pero la belleza de aquella mujer era la de los serafines, una doncella natural, una bendición para el mundo, una mujer que buscaba la felicidad y que en sus sueños la podía encontrar,

Jamás, ella podrá borrar el recuerdo y el juramento que se hicieron, con un suave respiro, su apasionado corazón recuerda la sensación de la tranquilidad de las noches,
Cuando la vislumbren sonriendo, en el silencio total, ella recuerda para sus adentros, esa ansía cautivadora de poder estar en sus brazos, protegida y vulnerable. Porque sabe, sabe que nada malo pasará ya jamás…


¡Jamás! ¡Jamás!


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