Sus labios se
desprendieron poco a poco, pues sus piernas desfallecieron con poca fuerza.
Sheolojaly la contemplo con una enorme tristeza, con lágrimas en los ojos,
sintió que su vida se hacía pedazos, se rompía en mil partes iguales. Deneb
cayó al suelo como un saco de huesos, pero antes de caer, ella lo observaba, lo
miraba tan profundamente que él pudo ver su propia silueta en sus pupilas, ella
sonrió y todo se volvió gris, se volvió humo.
La cólera que
sentía por la muerte de su amada, logro que la ira se volviera en una locura
total.
-Ella merecía
morir, el gusto es inmenso yo antes poseía el lugar que tienes tu ahora,
también era el mago que protegía la galaxia...
Pero antes de
que Toll Dubh terminara, Sheolojaly se abalanzo sobre el como un auténtico
demente, encolerizado, lleno de rabia de ira, de enojo, lleno de lágrimas, de
ira, sus ojos se convirtieron en dos carbones encendidos.
-¡Tu! ¡Tuuuu!
¡Bastardo! -las palabras eran un poco difusas y difíciles de entender, pero
bastaba ver la expresión de Sheolojaly para saber que estaba a punto de
matarlo-, la ¡Mataste!
Toll Dubh
sonrió, -Si, yo la mate, pero todos pensaran que tú lo hiciste, nadie recuerda
quien soy, y nadie te creerá, eres el único aquí, solo tú y un cadáver, ¿sabes
algo? no volverás a ver la luz jamás.
Bastaron unos
segundos distractores para que todo terminara. Para cuando Sheolojaly se dio
cuenta, ya se encontraba solo con el cuerpo de su enamorada, Toll Dubh
desapareció como una ráfaga que pasa rápidamente, casi invisible por el cielo.
Sheolojaly no
podía regresar con el cuerpo de Deneb al reino, no podía ¿Qué diría? ¿Qué
apareció alguien más? y aunque el hablara y dijera que el no había sido el
artífice de tal acto atroz, todo sonaría a una farsa, el Rey en su delirio y
tristeza no lo escucharía. Él sabía de lo que era capaz de hacer, al final era
su hija y un padre triste y sumido en la agonía no era capaz de escuchar.
Sheolojaly
tomo a su amada entre los brazos y mientras caminaba decía -Nadie amor, nadie
nos volverá a ver jamás, mírate, sigues siendo tan bella, tan hermosa, jamás te
abandonare. Entre lágrimas se alejaron para siempre.
Lo que paso a
continuación fue tan rápido que para cuando Toll Dubh llego al reino de Alwaid
en forma de delator y acusador a describir la escena que Shelolojaly había
hecho con la hija del rey, los eternos enamorados se encontraban ya en un lugar
tan distante, tan lejano que jamás, por más que se les buscara, nunca se les
volvería a ver.
Para evitar
que los encontraran en sus formas humanas, Sheolojaly, utilizó to el poder a su
alcance, toda su magia y convirtió su propio cuerpo en un astro incandescente y
lleno de vida, con la suficiente fuerza para poder iluminar el lugar tan
obscuro en donde estaría por siempre con su amada. Lo mismo realizó con Deneb,
para que jamás la volvieran a ver, la convirtió en un astro más pequeño, ella, que
ya no estaba viva no poseía luz de la vida, pero él sabía que ella siempre
estaría ahí y el la podría ver de lejos con su quietud con su serenidad <<vaya, eres hermosa>>.
Y así fue
como Sheolojaly y Deneb cambiaron sus formas humanas y se convirtieron en
cuerpos celestes, a Sheolojaly se le llamaría el “Astro Rey” y a Deneb “La
Princesa nocturna”. Siempre estarían juntos, siempre el seguiría vivo hasta que
su luz muriera, y ella muerta esperaría en el mas allá a que el llegara a su
lado para estar por la eternidad, por siempre juntos…
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