Y las luces palidecían, como si perdieran fuerza
conforme pasaban las horas en la madrugada, el reloj cantaba al son de las
manecillas, al ritmo de la noche, aquellos cuadros sin vida se postraban en la
pared cerca de la entrada del cuarto. Cuando alzó el rostro, no había más que
silencio absoluto y las pequeñas sombras de los muebles se mantenían reflejadas
en el suelo por el brillo del astro nocturno que habitaban en aquel reinado
silencioso y porque no, tenebroso.
Logro incorporarse de la cama y vio a su hermano a
lado de él, sumido en un sueño tan profundo, tan intenso, que ni siquiera hubo movimiento
alguno, ni un solo dedo cambio de posición, cuando Jeez movió su pie y noto que
estaba adormecido por el peso del pie de su hermano postrado sobre los suyos.
-Carajo, que te muevas, hazte para allá. - Le repitió
a su hermano con voz enojada pero con cierto volumen de voz, para que este
pudiera notar que era hora de moverse, pero no hubo respuesta por parte de su
hermano que seguía en un sueño tan alejado de la realidad.
En aquellas noches de insomnio, la amiga sed siempre
encabezaba la carrera y atacaba la garganta débil de Jezz. Inmediatamente
se levantó, con cierto esfuerzo, recuperándose del adormecimiento de su pie. Se
recargó sobre un buro que estaba a lado de su cama y volteo a ver a su al rededor, vio el poster
de rock, aquella figura de acción de screeam
que le había regalado su novia en su cumpleaños pasado, aquellos muñecos en la
repisa y su colección de libro en la estantería. Alcanzaba a distinguir el
reloj verde en forma de casa que había en la entrada de su habitación, pero la
obscuridad le jugaba cruelmente pues a esa distancia no alcanzaba a distinguir
perfectamente la hora.
Jezz suspiro y anduvo vacilante hacia la entrada de su
habitación, no sin tropezarse con sus propios zapatos de trabajo que no había
recogido horas antes al llegar del mismo. Entre la obscuridad busco las
sandalias, que por desgracia su hermano siempre que usaba las dejaba
abandonadas en cualquier lugar.
<<Carajo,
no puede ser, donde están>>, comenzó buscando entre el suelo donde siempre las
dejaba y al no encontrarlas, se agacho y comenzó a revisar a tientas a las
orillas debajo de la cama, al no sentirlas busco bajo el escritorio, pero sin
obtener éxito, el frio arrasaba el suelo, nunca lo había sentido tan helado. No
puso atención, su importancia era encontrar sus sandalias, pero fracaso en su
intento por localizarlas, << ya
verás hermano, deja que te despierte>>.
Totalmente descalzo comenzó a caminar por el helado
suelo, anduvo y al fin alcanzo a ver el reloj, “3:00 Am “<<no importa, mañana me levanto
tarde>> pensó irónicamente, abrió la puerta del dormitorio. Silencio
absoluto, obscuridad abundante e inquietante.
Recordó aquellas historias y películas de terror en
donde muchas veces sus huesos crujían como bolsas de papel por los nervios que
reposaban sobre sus hombros tensos, hecho una mirada hacia afuera, miro a un
lado, y lentamente volvió a mirar al contrario, silencio, silencio y calma. A tientas
buscaba el interruptor de la luz, algo en la obscuridad lo ponía tenso como el
resorte de un juguete. Para su desgracia los apagadores de su casa estaban
averiados por aquella descarga que hubo al conectar un calentador de agua a la
luz, muchos de los apagadores se quedaron quemados, y al día siguiente irían a
repararlos, por el momento, averiados. No realizo el intento por tocar más, así
que anduvo a ciegas.
Tomo los pasamanos de la escalera y comenzó a descender lentamente por ella, paso a paso. Aún tenía la vista nublada por el sueño y el cansancio, pero aun así su vista no se lograba a acostumbrar del todo a la obscuridad.
Tomo los pasamanos de la escalera y comenzó a descender lentamente por ella, paso a paso. Aún tenía la vista nublada por el sueño y el cansancio, pero aun así su vista no se lograba a acostumbrar del todo a la obscuridad.
Anduvo a tientas. Pero su caminar se vio interrumpido,
con un movimiento lento y cauteloso giro en redondo. Un pequeño rechinido se
escuchó en la parte superior de la habitación de Jezz.
A punto de bajar el último peldaño dela escalera en
"L" de su casa. Alzo el rostro y como si fuera un respingo normal, soltó un pequeño sobresalto al ver la
silueta parada en la entrada de su habitación, a pesar de que la obscuridad
rodeaba casi toda la casa. Alcanzo a distinguir a una "sombra". Estaba
de pie, inmóvil, inherte no lo veía, pero podía sentir que "aquella sombra"
lo miraba, profundamente, una mirada fija y sin expresión...
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